Cámaras corporales

Novedad de las retransmisiones del Mundial de Clubs: la cámara corporal que lleva el árbitro. El invento confirma el esfuerzo de la industria por atender más las necesidades de los telespectadores que las de los espectadores. El juego es un pretexto. En los años treinta del siglo XX, los partidos solo podían seguirse en los estadios y, a partir de la sintaxis del cine mudo, se añadía el componente de las emociones individuales y colectivas. La relación entre el juego y la percepción del juego era bidimensional y primaria. Los increíbles avances tecnológicos incorporaron nuevos puntos de vista. Los planos generales igualaban la altura de los jugadores y la alternancia de los planos cortos obligó a incorporar primero los dorsales numéricos, luego los nombres y, finalmente, la visibilidad de los patrocinadores.

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 Novedad de las retransmisiones del Mundial de Clubs: la cámara corporal que lleva el árbitro. El invento confirma el esfuerzo de la industria por atender más las necesidades de los telespectadores que las de los espectadores. El juego es un pretexto. En los años treinta del siglo XX, los partidos solo podían seguirse en los estadios y, a partir de la sintaxis del cine mudo, se añadía el componente de las emociones individuales y colectivas. La relación entre el juego y la percepción del juego era bidimensional y primaria. Los increíbles avances tecnológicos incorporaron nuevos puntos de vista. Los planos generales igualaban la altura de los jugadores y la alternancia de los planos cortos obligó a incorporar primero los dorsales numéricos, luego los nombres y, finalmente, la visibilidad de los patrocinadores.Seguir leyendo…  

Novedad de las retransmisiones del Mundial de Clubs: la cámara corporal que lleva el árbitro. El invento confirma el esfuerzo de la industria por atender más las necesidades de los telespectadores que las de los espectadores. El juego es un pretexto. En los años treinta del siglo XX, los partidos solo podían seguirse en los estadios y, a partir de la sintaxis del cine mudo, se añadía el componente de las emociones individuales y colectivas. La relación entre el juego y la percepción del juego era bidimensional y primaria. Los increíbles avances tecnológicos incorporaron nuevos puntos de vista. Los planos generales igualaban la altura de los jugadores y la alternancia de los planos cortos obligó a incorporar primero los dorsales numéricos, luego los nombres y, finalmente, la visibilidad de los patrocinadores.

La experiencia en directo era menos democrática y se globalizó gracias a las retransmisiones, primero de radio y después de televisión. Esta revolución modificó el juego. Los equipos técnicos de los clubs estudian al rival a partir de grabaciones y las charlas tácticas se alimentan de la realidad relativa de los vídeos. En el césped, los jugadores han aprendido a instrumentalizar el juicio de las cámaras. En función de lo que imaginan que percibe el público, los futbolistas exageran la carga dramática de las caídas y teatralizan su alegría, su decepción o su indignación con los árbitros.

Las cámaras han influido en la conducta de los jugadores y de los espectadores

La incorporación del VAR ha interferido en la narrativa futbolística hasta el punto de modificar su esencia. Las interrupciones deben explicarse a través de los marcadores electrónicos para evitar que haya dos realidades diferentes: la del telespectador y la del espectador de grada. La cámara lenta, sin embargo, sigue siendo la piedra filosofal. No solo sirve como factor de corrección y justicia sino que se transforma en constructor de posteridad. De hecho, cuando siendo niños soñamos con ser futbolistas, no nos recreamos en jugadas disputadas en tiempo real sino que las imaginamos a cámara lenta.

Después, las retransmisiones se esfuerzan en innovar. Durante un tiempo, el travelling lateral siguiendo los extremos con un vigor horizontal se puso de moda, pero debía ser demasiado caro porque, al final, desapareció. Ahora vivimos un tiempo de énfasis cenitales, con cámaras araña y drones que multiplican la verticalidad del show. De vez en cuando nos cuentan el proyecto de instaurar el 3D y los 360 grados y nos amenazan con que acabaremos viendo el fútbol con gafas de realidad virtual. En este contexto, la cámara corporal del árbitro completa el repertorio futurista. Para publicitarla, repetimos que impresiona cuando sirve para ver de una manera diferente un lanzamiento de falta como el de Messi contra el Oporto. A mí me parece que la cámara se mueve demasiado y no aporta los suficientes elementos para evitar, por ejemplo, escándalos como el de Guruceta. En cambio, sí me interesaría una cámara corporal del presidente. Una cámara subjetiva que viera el fútbol con la mirada de Joan Laporta, que, como los malabaristas chinos, va añadiendo platos a su gestión; ahora el de la financiación del estadio, ahora el del fair play , ahora el de la masa salarial, ahora el de la Superliga y ahora el de un inminente fichaje de Nico que ya me explicarán cómo pagaremos.

Soccer Football - FIFA Club World Cup - Group E - River Plate v Urawa Red Diamonds - Lumen Field, Seattle, Washington, U.S. - June 17, 2025 Referee Felix Zwayer is pictured wearing the referee camera REUTERS/Agustin Marcarian
Los árbitros llevan cámaras incorporadas en el Mundial de clubs
Agustin Marcarian / Reuters

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