Hace menos de un mes, el 25 de mayo, Carlos Verona se escapó en el Giro de Italia y atacó en el Monte Dori para ganar la etapa en Asiago. Tras 13 temporadas como profesional lograba su primera victoria parcial en una gran vuelta –Ha participado en 16 y solo abandonó una–. En la ronda italiana el ciclista del Lidl-Trek era el dorsal 118. Hoy, Verona llevará el dorsal 1 de la primera edición de la clásica Andorra MoraBanc. Un número nada casual. Es su carrera. Literal.
El ciclista del Lidl-Trek ideó y lanza la primera carrera profesional de Andorra
Hace menos de un mes, el 25 de mayo, Carlos Verona se escapó en el Giro de Italia y atacó en el Monte Dori para ganar la etapa en Asiago. Tras 13 temporadas como profesional lograba su primera victoria parcial en una gran vuelta –Ha participado en 16 y solo abandonó una–. En la ronda italiana el ciclista del Lidl-Trek era el dorsal 118. Hoy, Verona llevará el dorsal 1 de la primera edición de la clásica Andorra MoraBanc. Un número nada casual. Es su carrera. Literal.
Porque al estilo del exfutbolista Piqué que creó la Kings League, Verona, de 32 años, madrileño afincado desde hace una década en el país de los Pirineos –habla perfectamente catalán– se volvió empresario para fundar una prueba de un día en Andorra que ha entrado de lleno en el calendario ciclista europeo. “Era cuestión de tiempo que hubiese una clásica aquí en Andorra, donde hay un boom del ciclismo. Se lo merecía. Hay muchas marchas pero ninguna carrera profesional”, explica el impulsor en conversación con este diario.
El recorrido tenía que ser duro. Nuestras bazas son la montaña y la cercanía con el Tour”
Carlos VeronaCiclista e impulsor de la prueba
La idea lleva tiempo en la cabeza de Verona. “Tomando un café con Gerard Riart, expresidente de la Federación andorrana, empezamos a darle forma”.
El corredor tenía claro alguna de las características que quería para su recorrido. Su imaginación volaba. “Antes de ciclista me considero un soñador”, se autodefine. Y se ha salido con la suya.
En 140 kilómetros
Se suben seis puertos: Envalira, Ordino, La Comella, Engolasters (camuflado de sprint especial), Beixalís y final en el Coll de la Botella
Igual que ha pasado con la Clásica Jaén Paraíso Interior tenía que encontrar su espacio y su estilo. La carrera andaluza, que nació en el 2022, se disputa en febrero y destaca por el sterrato, a rebufo de la Strade Bianche. “Hay que buscar una identidad propia para llamar la atención, hacer algo diferente y el perfil tenía que ser duro. Eso lo tenía clarísimo, porque nuestras fortalezas son la montaña y la cercanía al Tour, que empieza el 5 de julio”, recuerda.
“Como homenaje también quería que se pasase por las siete parroquias de Andorra”, argumenta. Y el resultado es espectacular sobre el papel. Se suben seis puertos en 140 kilómetros: Envalira, Ordino, La Comella, Engolasters (camuflado de sprint especial), Beixalís y final en alto en el Coll de la Botella, en La Massana, donde Verona reside.
Me gustaría que Andorra fuese la capital del ciclismo entre el final del Dauphiné y el Tour”
Carlos VeronaCiclista e impulsor de la prueba
Los últimos 5 kilómetros del día tendrán casi un 8% de media. Una traca final que hace que el primer ganador tenga que sea a la fuerza un corredor de mucho nivel. Y en la salida los favoritos son Enric Mas (Movistar), Esteban Chaves y Hugh Carthy (Education First), Tom Pidcock (Q36.5) o el danés Mattias Skjelmose, compañero en el Lidl del propio Verona y que batió al mismísimo Pogacar en la Amstel Gold Race. También participan en este los cuatro equipos españoles del UCI ProTeams.
El proyecto de Verona ya ha nacido –televisado por Teledeporte– y él desea que sea el origen de una larga tradición. “Me gustaría que Andorra fuese la capital del ciclismo entre el final del Dauphiné y el inicio del Tour”, sueña en voz alta. Hoy le tocará pedalear y sufrir su invento, aunque él ya ha ganado.
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