En el día más largo del año el Oviedo vivió una de sus noches más felices. El conjunto asturiano confirmó ayer el histórico ascenso a Primera División después de remontar el resultado adverso de la ida (1-0) en el Estadio Municipal de Anduva. El equipo dirigido por Veljko Paunovic, que la pasada campaña cayó derrotado en la final del playoff ante el Espanyol, demostró una fe inquebrantable aupado por el infierno azul a pesar de comenzar perdiendo. Finalmente, el Oviedo acabó remontando en el Carlos Tartiere para confirmar su presencia en la máxima categoría del fútbol español 24 años después. La meritoria temporada del Mirandés, que el año pasado se salvó en la última jornada ante el Amorebieta, se quedó sin el gran colofón final.
El equipo asturiano regresa a la máxima categoría del fútbol español con una gran remontada ante su afición
En el día más largo del año el Oviedo vivió una de sus noches más felices. El conjunto asturiano confirmó ayer el histórico ascenso a Primera División después de remontar el resultado adverso de la ida (1-0) en el Estadio Municipal de Anduva. El equipo dirigido por Veljko Paunovic, que la pasada campaña cayó derrotado en la final del playoff ante el Espanyol, demostró una fe inquebrantable aupado por el infierno azul a pesar de comenzar perdiendo. Finalmente, el Oviedo acabó remontando en el Carlos Tartiere para confirmar su presencia en la máxima categoría del fútbol español 24 años después. La meritoria temporada del Mirandés, que el año pasado se salvó en la última jornada ante el Amorebieta, se quedó sin el gran colofón final.
La intensidad y la tensión fueron tan elevadas desde el inicio que en el minuto dos ya hubo la primera polémica por un choque entre Alberto Reina y Colombatto en el que el Mirandés reclamó una posible tarjeta roja por agresión del argentino. El árbitro consideró que fue un lance más del juego y el partido siguió sin más.
Una jugada colectiva magistral combinando al primer y segundo toque para llevar el balón de un lado al otro hasta encontrar la cabeza de Panichelli en el minuto 16 supuso el primer tanto del encuentro. El máximo goleador del Mirandés en esta temporada conectó con la testa un centro cerrado envenenado de Iker Benito después de elevarse entre la defensa asturiana para poner a los suyos por delante en el marcador y obligar al Oviedo a tener que anotar dos tantos.
Igualó el partido el Oviedo desde el punto de penalti 20 minutos después gracias a un penalti por una mano de Alberto Reina. Lo transformó el incombustible Santi Cazorla, al que no le temblaron las piernas para empatar el duelo “más importante” de su carrera tal y como dijo en la rueda de prensa previa al encuentro. El eterno capitán empató el partido desde los 11 metros con un disparo raso y centrado ante Raúl Fernández, que detuvo un penalti a Colombatto en el partido de ida. Cazorla igualó el encuentro pero no la eliminatoria. Fue Ilyas Chaira, jugador cedido por el Girona y que la pasada campaña jugó a préstamo en el Mirandés, el encargado de anotar el 2-1 que forzó la prórroga tras una inmensa incursión de Haissem Hassan dejando atrás a quien se le puso por delante.
Cazorla empató desde los 11 metros e Ilyas Chaira, cedido en el Mirandés la pasada campaña, anotó el 2-1 que forzó la prórroga
Empezó a apretar el equipo burgalés en los últimos 10 minutos ante la hundida defensa del conjunto dirigido por Paunovic. Panichelli volvió a elevarse por encima de toda la zaga con un gran salto, pero Aarón Escandell evitó el empate con una buena reacción bajo palos. Respondió el Oviedo en las botas de Alemao, que caracoleó una y otra vez para marear a su par hasta que finalizó la acción con un trallazo que no entró por muy poco en la que fue la última ocasión antes de la prórroga.
El público local se mordía las uñas, pero no dejaba de animar a los suyos en busca del tan ansiado ascenso que se les escapó la pasada temporada en la final del playoff ante el Espanyol. Alemao volvió a fabricarse una ocasión girando a la media vuelta rodeado de rivales y Raúl Fernández dio una vida extra al Mirandés con un pie salvador en el primer tiempo de la prórroga. Una vida extra que duró un par de minutos, los que tardó otro veterano curtido en mil batallas como Francisco Portillo para inventarse un auténtico golazo que desató la locura en la afición carbayona y certificó el ascenso del equipo asturiano, que celebrará su centenario en Primera División.
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