En los dos últimos años el precio del dinero marcado por el BCE ha disparado los beneficios de la banca. Ahora las entidades asumen que su rentabilidad depende de hacer crecer el negocio Leer En los dos últimos años el precio del dinero marcado por el BCE ha disparado los beneficios de la banca. Ahora las entidades asumen que su rentabilidad depende de hacer crecer el negocio Leer
El negocio bancario da por concluidos definitivamente los dos años de viento a favor que trajo consigo el Banco Central Europeo (BCE)y sus subidas drásticas de tipos de interés para contener la inflación. La política monetaria infló de manera extraordinaria el margen de intereses de los bancos, disparando sus beneficios. El supervisor presidido por Christine Lagarde sitúa ahora el precio del dinero en un 3,4% pero las entidades asumen que continuará cayendo y con él los beneficios que les aporta la diferencia entre sus ingresos y sus costes financieros. Así que toca cambiar de estrategia y CaixaBank, la mayor de las entidades en España, ya lo ha hecho.
En realidad, es algo asumido por el conjunto del sector en España. Toca moverse y dar crédito y captar ahorro para mantener la rentabilidad. «El margen de interés va a caer y nos tenemos que apoyar en crecimiento para compensar. Para el año 2027 habremos recuperado en su totalidad esa caída», explicó ayer Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad, al dar a conocer los planes del banco para el periodo entre 2025 y 2027.
El crecimiento es por lo tanto la nueva consigna en la entidad y supondrá la concesión de más crédito a empresas y hogares, en concreto un 9% más en los próximos tres años para las primeras y un 14% más para la financiación del consumo en los segundos con un 7% más para hipotecas, donde Caixabank es el líder del mercado, con un crédito de cada cuatro concedidos.
Que crezca la financiación, especialmente la de compra de vivienda, es una noticia positiva aunque a juzgar por las palabras de Gortázar, menos de lo que la dimensión de este problema en España exige. Para resolver el problema vivienda, «necesitamos colaboración entre administraciones y menos resistencia a la colaboración publico privada» . afirmó Gortázar en una crítica velada al bloqueo que ejercen los partidos sobre medidas como la ley del suelo que se considera el cuello de botella para aumentar la oferta de inmuebles.
El consejero delegado de Caixabank se mostró comedido a la hora de juzgar al Gobierno que se sienta a la mesa de su consejo de administración con una partidicpación del 18% y que trata de sacar adelante un impuesto a la banca con el que Gortázar está en desacuerdo y que llegó a denominar ‘Tasa CaixaBank.
«Es injustificado y no va a mejorar el crecimiento, es un impuesto al crédito», indicó, sin concretar en qué medida puede restringir la concesión de financiación de la entidad. «No me pronuncio sobre el trámite parlamentario, el impacto se verá cuando se apruebe», afirmó. La entidad incluye el impuesto como una realidad en su estrategia para los próximos años. Suponen una factura de alrededor de 500 millones de euros que, en caso de que no salga adelante, pasarán a la cuenta de resultados de la entidad.
En cualquier caso, la alta exposición del grupo a la economía española es en estos momentos todo un valor para el negocio del banco. A lo largo de los próximos años, CaixaBank espera lograr una tasa de crecimiento anual compuesta en volumen de negocio del 4%, lo que representa el doble del 2% que ha registrado en el trienio 2022 a 2024.El banco espera aprovechar «las oportunidades y fortalezas que posee en todos los segmentos de clientes tanto en España como Portugal» para que ese crecimiento que antes no hacía falta para obtener rentabilidad compense la bajada de tipos.
Así que el mercado bancario español tiene por delante una creciente actividad de las entidades en la captación de depósitos, seguros o fondos de inversión para mantener una rentabilidad superior al 15%. La entidad confía en esta fortaleza en todos los segmentos para mantener un reparto de dividendos que supondrá hasta el 60% del beneficio más el exceso de capital regulatorio generado. Esa política ha permitido repartir 12.000 millones en el actual trienio.
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