Las intervenciones se desarrollarán durante dos años y medio y contarán con un presupuesto de ocho millones de euros Leer Las intervenciones se desarrollarán durante dos años y medio y contarán con un presupuesto de ocho millones de euros Leer
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha reconocido este jueves en su intervención en el Congreso de los Diputados que el edificio de la Biblioteca Nacional de Madrid, la de mayor tamaño del territorio nacional, sufre «problemas estructurales» y que el Ministerio tendrá que ampliar las obras de emergencia hasta 2027 tras las inundaciones que se han producido en los últimos meses.
Desde hace un año, coincidiendo con la DANA que afectó a la ciudad de Madrid el 3 y 4 de noviembre de 2023, se han producido tres importantes inundaciones en las instalaciones bibliográficas. La última hace apenas un mes en la planta alta del edificio. El ministro ha asegurado que su departamento ha llevado a cabo un «diagnóstico específico» ante esos problemas de filtraciones.
«El resultado de los estudios realizados, que hoy puedo anunciarles, es que estamos ante un problema estructural de la gestión de aguas del edificio, que afecta a las más de 100 bajantes que se reparten por toda la Biblioteca. Se trata, por lo tanto, de un problema que no afecta solamente a las cubiertas, y que exige una actuación integral en todo el inmueble», ha afirmado el titular de Cultura, que ha anunciado una «intervención integral» sobre el edificio del Paseo de Recoletos de la capital.
Esos trabajos supondrán una inversión de ochos millones de euros y se extenderán durante un plazo de dos años y medio. Esas obras se desarrollarán en tres fases que se irán ejecutando de forma simultánea para dotar de «una solución definitiva» las inundaciones en unas instalaciones que datan del siglo XIX y sobre las que se han ido realizando reformas parciales en los últimos años. Eso permitirá, según ha destacado el ministro, que la Biblioteca Nacional se mantenga abierta.
El primer foco será la reforma integral del sistema de saneamiento y canalización de las aguas, tanto vertical como horizontal del edificio. El segundo se centrará en la protección del patrimonio bibliográfico que acoge el edificio y que se vio afectado parcialmente por las filtraciones. Los técnicos de la biblioteca ya han iniciado las labores para vaciar la última planta, la decimosegunda, en la que se acoge parte del depósito general.
«Esto supone un esfuerzo logístico impresionante por parte de los trabajadores y trabajadoras de la Biblioteca Nacional», ha asegurado Urtasun, que ha cfirado en «más de 240.000 volúmenes» los que se reubicarán en la sede de la Biblioteca Nacional en Alcalá de Henares antes de que se cierre el presente año.
El tercer eje, en paralelo a los dos primeros, supondrá la realización de «un diagnóstico» para «determinar todas y cada una de las patologías y necesidades a diversos niveles» del inmueble. Esas patologías son tanto de nivel estructural como en los equipamientos. «Queremos ir más allá de los problemas actuales de filtraciones y prevenir cualquier futuro inconveniente derivado del estado del edificio, incluso aquellos que no tengan que ver con el sistema de saneamiento y canalización del agua», ha apuntado el ministro.
De ahí surgirá, según ha detallado el titular de Cultura, un plan integral que articule «un programa de intervenciones inmediato para resolver las nuevas necesidades que puedan detectarse durante el estudio del edificio». Esto supondrá, ha agregado, «una intervención sin precedentes en las últimas décadas». «El presente y el futuro de la Biblioteca no puede ponerse en riesgo con actuaciones limitadas. El tiempo de las soluciones parciales y de los parches se ha acabado«, ha concluido.
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